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lunes, 20 de febrero de 2012

ALFREDO OLMEDO : EL 70% ESTA DE ACUERDO CON EL SERVICIO MILITAR

El Diputado Provincial por Salta esto decía en la entrevista formulada por el Arq. Roberto Novoa en el Programa La Torre de Babel. Un Servicio Militar diferente. También tuvo conceptos referente a la implementación de controles en los Hoteles Alojamiento, donde dijo se han convertido lugares para el uso de drogas, frecuentado por menores y hasta espacios abortivos.
Servicio Militar
“Yo tengo un hijo de 13 años, yo “pido a gritos” que lo lleven a hacer el Servicio Militar, porque va a valorar cosas que hoy no valora, desde un plato de comida, hasta los padres, va a darle el valor que tiene nuestra bandera en forma permanente (no cuando hay un partido de fútbol), va a valorar el estudio, va a poder convivir con muchachos que no tienen las mismas oportunidades que él y va a valorar sus oportunidades…”
“Lo que yo estoy planteando con el Servicio Militar en la República Argentina, es que se lo discuta, no hagamos como con la seguridad que en lugar de discutir proyectos y reformas, lo que hacemos es contar los que van muriendo. Tenemos muchas estadísticas pero en muchos casos no se está haciendo nada…”
“A mi me ha elegido la gente para que contribuya con las Leyes que a mi punto de vista deba llevar adelante, para eso la gente confió en mi….”
“Tenemos en mente el “viejo Servicio Militar” que no es tal como yo lo planteo, quiero aclarar que no tengo “nada que ver” con la Dictadura, lo que planteo es otra cosa, es el orden, el respeto por los valores esenciales de un país… Se ha realizado una encuesta a nivel nacional y el 70% está de acuerdo con la implementación nuevamente del Servicio Militar…
Hoteles Alojamientos
“También tengo hijas, los Hoteles Alojamientos fueron habilitados para un fin, (y hablo con los dueños de los Hoteles Alojamientos) y me dicen que  intentan ingresar permanentemente con menores de edad, ¡Van madres, con sus hijos, porque no tienen con quien dejarlos!! ¡Les pasan abortos dentro de los Hoteles Alojamientos!! ¡El consumo de drogas es casi normal dentro de las habitaciones!! Yo solo pido que esto se regule y se controle, que haya un estricto cumplimiento del pedido de documentos para el ingreso, para salvaguardar a los menores….”
“También se podría implementar cámaras en los pasillos y en los estacionamientos, y que las filmaciones fuesen a una especie de “caja negra” que solo pueda ser utilizada por la Justicia…”
¿Volver a los valores en toda la Argentina?
“No tengo dudas que hay que tomar medidas para volver a ciertos valores fundamentales, porque la sociedad argentina se está desmembrando. Los chicos siempre tratan de correrle “el límite” al padre, pero hoy los chicos ¡Piden a gritos que los padres se hagan cargo!! Los chicos nos están tratando de llamar la atención…”
“Con todo el respeto que la situación merece, voy a mencionar a una joven modelo que murió hace unos pocos días (a mi entender por consumo de drogas), una cantante de nivel internacional, murió de la misma forma, y desde el Estado, desde los medios de comunicación, en vez de tomarlo como ejemplo, para decir “Se puede ser exitoso, famoso… pero la droga mata”, la droga no solo mata al individuo que la consume, mata a la familia…”
“Yo estoy planteando en un Proyecto de Ley de Educación, donde al chico se le enseñe porque no debe tomar drogas, un Programa en el que vuelvan los Torneos Deportivos Intercolegiales, que vuelvan a predominar en los Barrios los Clubes, para que el chico tenga donde encontrar contención…”
“Hoy los fines de semana vemos que solo los “veteranos” hacen deporte, la juventud comienza la juerga el jueves y la termina el domingo…”

TITULARES DE LOS PRINCIPALES DIARIOS ARGENTINOS DE HOY











Golpeado por el caso Ciccone, Boudou cedería a Marcó del Pont un puesto clave

La presidente del Banco Central estaría a punto de ubicar en la Gerencia General a Matías Kulfas. El lugar lo ocupaba Benigno Vélez, mano derecha de Amado Boudou y quien mayor lobby hace desde el organismo para que se le otorgue a Ciccone un contrato de u$s 50 millones para que imprima billetes. La letal frase de Zannini sobre el vicepresidente.

 No son buenos tiempos para Amado Boudou. El vicepresidente estaría a punto de perder un cargo clave en su estructura política y de negocios: la Gerencia General del Banco Central que maneja la estratégica mesa de dinero del organismo.

Ese cargo lo ocupa Benigno Vélez, un abogado de Mar del Plata que acompaña a Boudou desde los inicios comunes en la Ucedé junto al ex intendente procesista Mario Russak. Beningno es un hombre muy conflictivo que durante la gestión de Boudou en Economía manejó los resortes administrativos y las contrataciones de esa cartera, hasta que rodeado de escándalos –como los supuestos sobreprecios en compras de papel y autos oficiales- su posición fue indefendible.

Pero en el cénit de su carrera política, Boudou logró reciclarlo en la Gerencia General del Central y de paso ponerle un “controller” a Marcó del Pont, sumando fuerzas con Sergio Chodos, el otro hombre del vicepresidente en el directorio de la entidad monetaria.

La relación de Boudou con Marcó del Pont es históricamente mala. La economista siempre cultivó una mirada heterodoxa de la economía y quienes la acompañan ven en Boudou –ex profesor del liberal CEMA- más oportunismo que convicción, en su adscripción al “modelo”.

Como sea, hace semanas que se venía comentando en el mercado la posible designación de Matías Kulfas en la Gerencia General del organismo. Kulfas es un economista muy cercano a Marcó del Pont, que creó la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), un “think thank” kirchnerista que aportó al gobierno numerosos funcionarios, como el fallecido Iván Heyn y a su reemplazante Paula Español.

También logró esta asociación ubicar en la burocracia estatal a Fernando Peirano en una de las subsecretarías del Ministerio de Ciencia y Tecnología, entre otras designaciones que se produjeron en los últimos tiempos.

Kulfas era el candidato puesto para reemplazar a Benigno ya que se le está venciendo su mandato como director del Banco Nación y desde que Marcó del Pont asumió en el Banco Central, que quiere incorporarlo a la gestión del organismo.

Pero en aquel entonces Boudou era la estrella en ascenso en el kirchnerismo y hasta se daba el gusto junto a su entonces viceministro Roberto Feletti de competir con AEDA por el lugar de la “reflexión económica” del kirchnerismo con la agrupación “La Gran Makro”, que luego de las elecciones abandonó su activa militancia que incluía “congresos” en distintas universidades del país.

Lo que cambió

La novedad es que Boudou ingresó en un ciclo descendente y muy golpeado por el escándalo Ciccone que día a día suma revelaciones que lo dejan en una posición casi indefendible, empieza a ver amenazados sus espacios de poder. Por eso, anoche se habló del desplazamiento de Benigno Vélez y su reemplazo por Kulfas como consignó Clarín.

El reemplazo hasta este mediodía no estaba oficializado, según confirmaron a LPO fuentes del Central. Pero en todo caso la versión forma parte de la notable pérdida de poder de Boudou al interior del kirchnerismo, donde perdió el respaldo clave de Carlos Zannini, mano derecha de la Presidenta.

Es que inicialmente Zannini respaldó a Boudou en la operación para que la firma Boldt perdiera la planta de Ciccone que había alquilado al juez de la quiebra. Sin embargo, con la escalada del escándalo tomó distancia y días atrás dijo a Gerardo Ferreyra de Electroingeniería una frase letal: “Amado debería renunciar”.

Todavía no está claro si la frase de Zannini fue un momento de calentura ante la proliferación de testaferros, ex esposas denunciantes y otros escandaletes noventistas que rodean al vicepresidente, o el inicio de una acción política decidida en lo más alto del poder.

El futuro del contrato

De todas maneras, tanto Marco del Pont como eventualmente Kulfas si asume en la Gerencia General del Central, enfrentan una situación delicadísima que excede la puja interna con Boudou. Es que la titular de la Casa de la Moneda, Katya Daura, una funcionaria alineada con Boudou, aún ahora en medio del escándalo no afloja la presión para que el Central firme con Ciccone un contrato para que imprima unos 700 millones de billetes por un costo de 50 millones de dólares.

La iniciativa es parte de una operación más amplia que implica la impresión de otro tanto de billetes en la propia Casa de la Moneda y está complicada también por los tremendos sobreprecios que contenía inicialmente –alrededor del 45%-, lo que obligó a Daura a morigerarla ante la negativa de Del Pon a firmar la contratación en esos términos.

Lo notable es que con el costo de la contratación, el Estado argentino podría directamente comprar la planta de Ciccone e incorporarla al patrimonio público, pero por alguna razón, Daura prefiere gastar esos fondos en una sola contratación que vaya a parar a los bolsillos de Alejandro Vandenbroele, señalado por su esposa como “testaferro” de Boudou.

Del Pont y Kulfas –si se confirma su designación- deberán enfrentar entonces esta primera prueba de fuego, ya que la presión para que firmen el contrato con Ciccone difícilmente ceda. Es que la planta consume sólo de salarios y costos operativos un millón de dólares por mes, algo que difícilmente el monotributista Vandenbroele pueda afrontar y que los inversores reales deben estar reclamando -se menciona al naquero Jorge Brito y al dueño de Swiss Medical, Claudio Bellocopit-. De allí la inusitada presión aún en medio del escándalo, para cerrar el contrato.

La firma del contrato además podría causarles a las autoridades del Central problemas legales, ya que de manera inmediata pasaría a formar parte del expediente que investiga el fiscal Carlos Rívolo, que ayer confirmó públicamente que investiga “una denuncia sobre violación de deberes de funcionario público” contra Boudou por el caso Ciccone.

El peronismo no es nacionalista

El politólogo Julio Burdman llevó adelante un análisis de las políticas del peronismo y respondió a la creencia de que el PJ es nacionalista. Para el analista "no podemos decir que el peronismo sea nacionalista porque todas sus políticas fueron opuestas a las agendas centrales del nacionalismo de ayer y de hoy"
Por Julio Burdman

El mayor partido del país es populista y se diferencia de los nacionalismos europeos tal como lo demuestran sus políticas.

Dentro y fuera de la Argentina, el resurgimiento de la cuestión Malvinas dio lugar a diferentes acusaciones a la posición del Gobierno Argentino, afirmando que están nutridas en el “nacionalismo peronista” . Pero no hay motivo de alarma. Más allá del juicio que tengamos acerca de la política kirchnerista sobre Malvinas –tema para otro artículo–, lo cierto es que el peronismo no fue ni es un movimiento nacionalista. Al menos, no en el sentido europeo. Este supuesto es una imagen muy fuertemente instalada en la Historia Argentina, pero no responde ni al ideario populista ni al desempeño gubernamental de los diferentes peronismos. Por el contrario, el peronismo desde sus inicios representó -y lo sigue haciendo- una crítica del nacionalismo argentino, construido en tiempos de la Organización Nacional y con una influencia que se extendió por la tradición antiperonista y la visión geopolítica de los gobiernos militares del Siglo XX.

Se ha dicho reiteradamente que el peronismo es nacionalista por razones que no describen el meollo del nacionalismo. Por un lado, porque hubo –y hay– nacionalistas católicos, rosistas y de otras denominaciones que reivindican a Perón. Grupos minoritarios de esta filiación se sumaron a la amplia coalición de 1945 y después también, pero nunca fueron predominantes en ninguno de los gobiernos peronistas. Por otra parte, Perón era un caudillo militar, y todos los militares del mundo son, en alguna medida, nacionalistas. Juran, después de todo, dar su vida en defensa de la Patria. Pero esas aparentes ideas, en todo caso, no permearon en las políticas peronistas.

Se dice también que el peronismo era nacionalista en lo económico, y si bien esto es cierto, también lo es que el proteccionismo económico y el keynesianismo son teorías económicas que no necesariamente van de la mano del nacionalismo político y social, y que eran predominantes a nivel mundial en tiempos del primer peronismo. Pero el elemento más fuerte en la caracterización del peronismo como nacionalista proviene de su antiimperialismo y antinorteamericanismo, muy marcados en su primera etapa.

En esta relación conflictiva podemos identificar los aspectos más nacionalistas del peronismo. Y aun así, hay que distinguir entre antiimperialismo y nacionalismo, que no son exactamente lo mismo –existe, de hecho, una tradición liberal antiimperialista–, y también hay que situar la retórica antinorteamericana de Perón dentro de un comportamiento reactivo, ya que ésta surge y se profundiza como consecuencia de los conocidos esfuerzos de Washington para evitar que la primera candidatura presidencial de Perón triunfase en 1946.

Pese a lo anterior, no podemos decir que el peronismo sea nacionalista porque todas sus políticas fueron opuestas a las agendas centrales del nacionalismo de ayer y de hoy. El nacionalismo, una idea europea, define a una comunidad nacional en términos culturales, idiomáticos y étnicos, y luego defiende el derecho de esta Nación a tener un Estado propio y diferenciado de otras naciones. Los programas nacionalistas sobre población, territorio, nacionalidad e inmigración parten de esta premisa. En la Argentina, el nacionalismo que organizó el país se propuso definir una argentinidad a partir de nuestras raíces europeas, negando y combatiendo a las poblaciones pre-existentes, defendió un territorio “geográficamente imaginado” de sus vecinos en disputa, promovió la inmigración europea asociada a una formidable empresa cultural de“argentinización”, y acabó enfrentado con esta idea una vez que encontró que las masas inmigrantes empobrecidas del sur de Europa no respondían al plan imaginado.

Diferentes autores sostienen que, más allá de sus logros iniciales, las construcciones de este nacionalismo argentino tuvieron influencia sobre muchos acontecimientos políticos poco felices que se vivieron con posteridad. Desde las guerras territoriales –pocas, afortunadamente– en las que se embarcó la Argentina con sus vecinos en el Siglo XIX hasta el pensamiento geopolítico clásico de los militares argentinos, caracterizado por una marcada desconfianza hacia los países vecinos, pasando por el mito de la “Argentina blanca” y la Guerra de Malvinas, están unidos por este origen común.

El peronismo representó, a través de sus políticas, una crítica profunda de estos conceptos fundacionales argentinos. En primer lugar, porque cambió el concepto de población. Puso fin al mito de la Argentina blanca y a partir de allí, fue el motor político de sucesivos cambios. El peronismo es esencialmente diferente del nacionalismo porque es populista latinoamericano. Y el populismo, por definición, no es nacionalista; puede, eventualmente, parecerse al nacionalismo, pero una vez que se convierte en nacionalismo deja de ser populismo. La diferencia es sociológica: el nacionalismo defiende a un determinado grupo social, “la nación” , se basa en él, y excluye a todos los demás, mientras que el populismo, construye un grupo social indeterminado,“el pueblo”, e incluye a todos los que se quieran subir a él, hasta formar una mayoría electoral.

El “pueblo” de los populistas no es esencialista, sino que responde a un objetivo político. Este fue uno de los errores fundamentales de quienes quisieron comparar a los populismos latinoamericanos con los fascismos europeos. Haciendo una mala analogía contrafáctica, podríamos decir que bien lejos de las manifestaciones nacionalistas uniformes de los nazifascismos de los ‘30 y ‘40, el peronismo y otros populismos latinoamericanos de los ‘40 fueron una gran unión de los excluidos por aquellas manifestaciones.

Y desde entonces, siempre fue incorporacionista. En todas sus variantes, el peronismo fue favorable a una inmigración abierta. Aún hoy, en un mundo en el que los países tienden a cerrar sus fronteras a la inmigración. Es, también, un partido que se identifica con los avances civiles y sociales logrados por otras comunidades excluidas, como las mujeres, los inmigrantes de países limítrofes, los homosexuales y, lentamente, los pueblos originarios.

Finalmentre, otra política histórica del peronismo que se contrapone por definición al nacionalismo, es su integracionismo. Durante el primer peronismo, aún cuando no se lograron avances concretos en la materia en comparación con el Mercosur –firmado en 1991 por un presidente peronista, en este caso globalista, como fue Carlos Menem–, se desarrolló una doctrina de orientación a la integración regional que perdurará hasta nuestros días.

En suma: el peronismo en nada se parece a un nacionalismo europeo. Estos últimos movimientos se caracterizan por una visión restringida de la población, su oposición a la inmigración y la integración regional, y una desconfianza hacia los países vecinos. Contrariamente, el peronismo siempre fue partidario de la inmigración y la integración regional, y su visión acerca de la población es dinámica y populista- incorporacionista. El nacionalismo territorial ofensivo argentino siempre actuó bajo el gobierno de grupos políticos herederos de la tradición nacionalista argentina, y ello incluye a la Guerra de Malvinas, engendrada por la última dictadura militar y antiperonista. El peronismo es populista, con todo lo que ello implica. Tal vez Kant debería renacer para escribir “La Paz Populista

En la Legislatura, el moyanismo en pie de guerra

“Estamos en un compás de espera” sostuvo Jorge Mancini. El diputado no piensa que le renueven la titularidad en la comisión de Trabajo, aunque asegura que esto no lo va a mantener callado. Su posición es crítica, y esto lo ubica en un lugar vulnerable
“Vamos a tener un año particular” reflexiona el diputado del FpV, Jorge Mancini. “Pero estimo que se va a empezar a ver cuál es la situación concreta, el panorama, no sólo el mío, que soy el más crítico, sino el del bloque entero, hay que ver cómo se para cada uno” indica el legislador vinculado al sector de Hugo Moyano.

-Su situación en el bloque es particular, teniendo en cuenta que renunció a su cargo en el partido, y tiene una mirada crítica sobre muchos temas
-Sí, es cierto, pero yo no voy a dejar de decir las cosas que me molestan, o no apoyo, y tampoco voy a dejar de presentar leyes de los trabajadores, aunque algunas molesten.

-¿Como cuáles?
-Como el proyecto de ley que le da participación en las ganancias a los trabajadores en todas las empresas donde interviene el Estado provincial, como por ejemplo, Astilleros, Aguas, la Ceamse, el proyecto de controladores de las organizaciones gremiales para que los gremios acompañen a los inspectores de trabajo en su tarea. A muchos les molesta este tipo de proyectos, no están de acuerdo.

-¿Y entonces?
-Las definiciones se van a ver en marzo cuando comience la actividad fuerte, cuando todos estemos ubicados y cada uno comience a mostrar su posición. Yo no voy a cambiar, pero por ahora hay que ser cautelosos, estamos en un compás de espera, como dice Moyano.